Se que es tarde para un post del Bicentenario, bueno, no; porque el año del Bicentenario es de septiembre 2010 a agosto 2011 ¿no?... en fin.
Este post es porque recibí estas magníficas fotos, captadas durante los festejos alrededor de todo el país. Mi reflexión es la siguiente: cada septiembre en general todos se siente orgullosos de ser mexicanos, el 15 de septiembre se desgarran por defender a México al grado de mentarle la madre a cualquiera ¿o no? por doquier se escucha ¡¡¡Viva México Cabrones!!! ¿porque sólo el 15 de septiembre? ¿Porque se olvidan de este hermoso país los 364 días restantes?
Pasada la euforia entonces se escucha: pinche país es una porquería, en otros países están mejor, sólo pasa en México, etc., etc., la lista para devaluar al país sigue y sigue. Por esta causa he tenido miles de sin sabores con personas letradas, de aquellos analfabetas es otra historia, pero gente que se supone cursó por lo menos la prepa (no importa si fue pública o privada, que si fue privada es más decepcionante). Lo que más me molesta es que la gente generaliza y aplica todo al país, cuando éste siempre ha sido benévolo con sus habitantes y visitantes, el problema no es este pedazo de tierra, este "cuerno de la abundancia" como lo denominó en su momento von Humboldt, este lugar lleno de oportunidades, el problema somos quienes lo habitamos. Porque sólo nos quejamos y no nos maravillamos de lo que realmente es México.
Es terriblemente doloroso escuchar en el extranjero que los únicos que mal hablan del México son los propios mexicanos. A pesar de todo lo que ocurre en el país, México es un lugar mágico en el extranjero.
Empecemos por no generalizar y seamos claros y sinceros con nosotros mismos, y aceptemos que el problema de todo esto es la corrupción en las instituciones, en el gobierno y en la sociedad en su conjunto. Nunca será tarde para cada día ser honrados, respetuosos y entender que el bien de quien está a mi lado es mi bien.
Y para todos aquellos que se quejan de "un México que no vale nada" yo los invito a que se vayan. De verdad que no los vamos a extrañar. Quienes nos quedamos debemos ser trabajadores y respetuosos. Es lo único que seguirá haciendo grande a este país.
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