A veces...
Las emociones rebasan a la prudencia, pero se pueden controlar.
A veces...
Lo que no se controla son los sentimientos, pero cuando éstos nos rebasan, estamos en problemas. No se reconoce entre lo permitido y lo prohibido.
Entonces...
A veces...
La culpa nos embarga. De no ser así, el mundo nos llama cínicos.
Sin saber.
Las emociones rebasan a la prudencia, pero se pueden controlar.
A veces...
Lo que no se controla son los sentimientos, pero cuando éstos nos rebasan, estamos en problemas. No se reconoce entre lo permitido y lo prohibido.
Entonces...
A veces...
La culpa nos embarga. De no ser así, el mundo nos llama cínicos.
Sin saber.
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